domingo, 30 de octubre de 2016

Relato: "Lady Midnight"




Halloween es la época favorita de Lady Midnight.

No puede evitar esbozar una sonrisa cuando los niños llaman a su puerta, disfrazados de vampiros, hombres lobo y otras criaturas terroríficas. Le encanta verlos así de felices, pidiendo caramelos, una noche de diversión entre los más pequeños.

Son las cinco y media de la tarde. Pronto empezarán a llegar niños a su puerta.

Apenas piensa esto, y alguien toca el timbre. Lady Midnight se levanta con parsimonia y abre la puerta, ya preparada para escuchar la famosa frase: ¿truco o trato?

—¡Qué disfraz tan bonito! —dice al primer niño, vestido de Superman—. ¿Vas a salvar el mundo?

El pequeño sonríe tímidamente y asiente con energía.

—Las chuches están en el salón, ¿queréis pasar y coger las que queráis?

—¡Sí! —gritan todos los niños a coro.

Lady Midnight les deja pasar, feliz de ver la ilusión brillando en sus ojos. Es ése momento de alegría tan pura y sencilla lo que hace que se obligue a sí misma a mover sus artríticas articulaciones cuando acuden a su hogar en busca de dulces.

En el salón los niños se encuentran con muchos cuencos llenos hasta arriba de chucherías. Enseguida empiezan a meter algunas en sus bolsas; primero tímidamente, luego con más rapidez.

—¿Le gusta mi disfraz, señora? —pregunta una niña de cinco años, vestida de princesa.

—¡Es precioso! —sonríe Lady Midnight—. Le viene que ni pintado a una niña tan bonita como tú.

La pequeña suelta un gritito de alegría.

—Muchas gracias, señora —van diciendo uno a uno cuando acaban.

Y, finalmente, todos se van. Sin darse cuenta de que falta uno.

Lady Midnight cierra la puerta y vuelve al salón. Ahí sigue uno de los niños, disfrazado de león.

—Cariño, ¿cómo te llamas? —pregunta con amabilidad.

—Robert —responde el niño, mientras sigue llenando sus bolsillos y bolsas de más y más chucherías.

—Tus amiguitos ya se han ido, ¿no quieres ir con ellos?

—Ahora iré —contestó Robert, sonriendo—. Es que tiene usted muchas, muchas chucherías.

—Para eso es este día, ¿no? —bromea Lady Midnight—. Tenéis que disfrutarlo.

Robert asiente enérgicamente, terminando de llenar una de sus bolsas, que ya está a rebosar.

—Muchas gracias, señora.

—No hay que darlas —contesta Lady Midnight con una sonrisa.

—Creo que mejor me voy ya.

Robert se gira para salir del salón, y Lady Midnight posa una mano en su hombro, sin borrar la sonrisa de su rostro.

—No lo creo.

Rápida como una centella, hunde sus colmillos en el cuello del niño, absorbiendo la sabrosa sangre. El cuerpo de Robert cae al suelo, inerte; los ojos clavados en un cuenco de chucherías.

Lady Midnight sonríe.


Sí, no hay ninguna duda: Halloween es su época favorita.

1 comentario:

  1. ¡Hola!

    Este relato me ha gustado mucho y viene genial para esta epoca del años, aunque ya haya pasado un poco ese día jaja

    Besos!

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